jueves, 1 de octubre de 2020

«Si hay que sacar la mano a pasear, pues se saca»

 «Si hay que sacar la mano a pasear, pues se saca» (Enrique «El Drogas» Villarreal en La Resistencia (18’25’’).


Sentencia de otra generación, pudiera parecer reaccionario en nuestro tiempo. Como si fuera un rasgo atávico propio de neanderthales, a extirpar por los sapiens sapiens. Sin duda la violencia lo es pero, a veces, la escapatoria a ella se estrecha tanto que hace imposible otra huida que no sea hacia adelante. Por otro lado, cabe preguntarse, puesto que además se consiente de diversas, incorpóreas y cuasi imperceptibles maneras en lugares múltiples, si no será un atributo inmanente a nuestra especie, que es más animal, hipócrita y pusilánime de lo que se la presupone, cultura arriba cultura abajo.


Sea como fuere, una anécdota personal me une al fallo de “El Drogas”. Después de escuchar una entrevista a Evaristo Páramos (La Polla Records) en la que lanzara un mensaje similar, un servidor tuvo la ocurrencia de soltarlo frente a unos educadores para los que realizaba un encargo escenográfico antes de que la confianza estuviera afianzada. Claro, se quedaron boquiabiertos ante algo que les parecía inaceptable. Me imaginé que se imaginaban a un ogro repartiendo bofetadas a diestro y siniestro y tuve una epifanía, oscura. Me pareció que toda la sensibilidad que había depositado en el decorado se iba al carajo. Pensé que crear ambientes artificiales dejaría de estar en su presupuesto pero insistieron en llamarme para otro trabajo. Afortunados, a veces, los bocazas.


Aprovecho para hacer promoción de ambos diseños, aunque no sea un quíntuple disco como el de “El Drogas”, y acotar que yo, como mi abuelo, jamás he pegado a mi hijo, lo cual me rebota al aviso de Enrique Villarreal...


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