sábado, 18 de diciembre de 2021

La avaricia rompe el saco

 Mafia Inc. (Daniel Grou, 2020)


Mafia Inc. es una película de mafiosos. Verdad de Perogrullo. Montreal, Canadá, mediados de los 90. Frank Paterno (Sergio Castellito) necesita dinero para realizar una potente inversión en Italia a través de un grupo financiero que blanqueará toda la pasta en B mediante el proyecto de un puente que una Sicilia y la Península italiana. «El sueño italiano», repetirá Frank esposado. No nos adelantemos. Antes consigue que motards, negros e irlandeses le obedezcan a cambio de algunos pellizcos, pero su problema es su ahijado Vincent (Marc-André Grondin), /bansan/, un tipo cainita, impredecible, ambicioso y con un complejo de Edipo doble. Primero, lo desahucia su progenitor por matón; años más tarde, su padre putativo lo deja cojo por trepa. Se hará justicia, más para ellos que para ellas, el nuevo orden, encarnado especialmente en Sophia (Mylène Mackay), rubia, guapa e inteligente.


Mafia Inc. es un film largo que se hace la mar de entretenido con tanto pecado capital, pero, además, aprovecha la mezcla lingüística y la falta de recursos en Fx mediante elipsis; hace buen uso de los planos en función del momento; y los diálogos son buenos, como la interpretación. Aunque este es un género con bastante gancho, los documentos precedentes ponen muy difícil contar nuevas historias. Sin embargo, películas como esta, El irlandés (Martin Scorsese, 2019), El inmortal (Marco D’Amore, 2019) o El traidor (Marco Bellocchio, 2019), con distintas perspectivas del negocio, lo mantienen muy vivo.



Referencias

Filmaffinity. (2021). Mafia Inc. Recuperado de https://www.filmaffinity.com/es/film285831.html 






viernes, 17 de diciembre de 2021

Grumpy

 

A pesar de la obsesión por la juventud, el humor, como la vida mengua, excepto a los treinta o primeros cuarenta, que repunta con la maternidad-paternidad, aunque siempre hay excepciones.


El chico de recursos humanos me cuenta un chiste: una ama de casa se encuentra en un hotel con su amante; se besan, se desnudan y, cuando ella está sobre él, le dice: “Es la primera vez que me siento en todo el día”.


¿Y si llega el momento en que una es incapaz de dejar de ser aquello en lo que se ha convertido ni cinco minutos? (Hidalgo, 2021: 59).


Referencias

Hidalgo, Silvia. (2021). Yo, mentira. Editorial Tránsito.




jueves, 16 de diciembre de 2021

Yo, parcial

 

Para matar el tiempo, ese lujo, a veces veo La porteria, un programa sobre fútbol, bueno, sobre el Barça, en Betevé. La tertulia me permite hacer otras cosas mientras oigo de fondo cómo se alimenta el fanatismo culé antimadridista. Lo último me da igual y lo primero también porque soy, como suele decirse, realzale, de la Real Sociedad. ¿Por qué me/nos atrae este pozo sin fondo? Por un lado, algunas truculencias que se sueltan, aunque quedan muy lejos del animal Jiménez Losantos e Intereconomía, tralla de la buena; por otro, los argumentos que sostienen el debate.


Ayer, 15 de diciembre, se vivieron varias situaciones tensas a través de silencios incómodos entre los contertulios. En gran medida porque el moderador, Pitu Abril, sabe cosas por viejo que no quiere contar. “Este silencio es un momento del lenguaje: callarse no es quedarse mudo, sino negarse a hablar, es decir, hablar todavía” (Sartre, 2003: 71). Lo cual permite al espectador hacer conjeturas y navegar a la deriva entre escollos. Lo dicho. Lo no dicho y el secretismo son bazas del programa y de encubrimiento de la verdad, pero además están las opiniones contundentes.


Ayer se juntaron ambas cosas. Como una Querelle des anciens et des modernes, a la derecha del presentador dos periodistas jóvenes, Andrea Ginés (Movistar) y Toni Juanmartí (Sport), y a la izquierda un veterano como Lluís Canut (TV3). Durante la rueda de prensa de despedida del Kun Agüero, pues abandona el fútbol profesional por una arritmia maligna, éste dijo que la vida de los futbolistas era muy dura. Realmente un comentario muy arriesgado que suscitó controversia. Mientras Canut se mofaba, Ginés aludía a la tensión mental y al entorno. Surgieron las redes sociales y la cosa derivó al caso Koeman. Ante lo que Canut planteó, me pareció, la connivencia entre la televisión catalana y la voluntad del equipo de fútbol de crear un chivo expiatorio que desviara la atención sobre la gestión sin rumbo de la actual directiva del club, pues únicamente se difundieron las imágenes de la agresión al coche de Ronald Koeman tras perder ante el Madrid el 24 de octubre, a pesar de que otros jugadores salieron por el mismo lugar.


Canut puso de manifiesto la capacidad de ensañamiento, esa misma que el programa rechaza de la prensa deportiva madrileña respecto al Barça con la sección “Mesetazos”, de los medios de comunicación, esta vez catalanes, mientras los contertulios se quedaban en silencio del malo. Es decir, no callaban para no otorgar, sino que, anonadados, parecían admitir y legitimar el juego sucio del cuarto poder, capaz de todo por un titular, como en aquella película, Nigthcrawler (Dan Gilroy, 2014), o como Alfons Quintà, el asesino y pérfido protagonista de El hijo del chófer (Jordi Amat, 2020), cuando, durante su año de presidencia en TV3, organizó y montó el advenimiento de Jordi Pujol para convertir el caso Banca Catalana en una cuestión nacional. Pujol, a quien Quintà odiaba y odiaría, se asimiló a la catalanidad y se convirtió en el primer aforado de la transición y la democracia españolas.


Que los medios de comunicación de masas nos manipulan no es nada nuevo, lo sorprendente es la amnesia y pensar que lo de ahora es diferente. Los dos periodistas jóvenes acusaron a las redes sociales de que se formaran grupitos dentro del vestuario blaugrana, a lo que tanto Canut, que dejó caer un “día os explicaremos qué pasaba dentro del Dream Team”, como Abril, un tipo que cree en las formas, respondieron que eso, el acoso y la segregación entre compañeros, no era nada nuevo. No les falta razón. El ostracismo se inventó en Grecia hace 2500 años, pero es verdad que Facebook e Instagram, además de feria de vanidades, banalizan y difunden la brusquedad a la velocidad de la luz mientras anulan el silencio que precisa la reflexión previa a la acción o a la palabra. Vamos, que me he dejado llevar.



Referencias

Abril, Pitu (2021). La porteria. Betevé. Recuperado de https://beteve.cat/la-porteria/la-porteria-1002/

Amat, Jordi. (2020). El hijo del chófer. Tusquets (Colección Andanzas).

Filmaffinity. (2021). Nightcrawler. Recuperado de https://www.filmaffinity.com/es/film779937.html

Sartre, Jean Paul. (2003). ¿Qué es la literatura?. (1948). Editorial Losada.






jueves, 9 de diciembre de 2021

Dios, la cartera!

 

«[C]uanto más terriblemente utilitaria es una ideología dominante, más refugio buscará en la retórica compensatoria de carácter «trascendental»[...] La base del capitalismo moderno está, así, en contraposición con su superestructura. Un orden social para el cual la verdad significa el cálculo pragmático sigue apelando a verdades eternas; una forma de vida que en el dominio de la naturaleza expulsa todo el misterio del mundo, invoca ritualmente lo «sagrado» (Eagleton, 1997:199-200).



Referencias

Eagleton, Terry. (1997). Ideología. Editorial Paidós.





Se busca alicatador

Una empresa busca alicatador/especialista en tabiquería seca para trabajar en Renania del Norte (Westfalia, Alemania), zona entre Países Bajos, Bélgica, Francia y Alemania que Hitler remitalizara en 1936 a pesar del Tratado de Versalles (1919) y tras haber ocupado el Sarre. La compañía ofrece un sueldo de entre 2.500€ y 4.500€ al mes por 40 horas semanales, y de lunes a viernes. Horas extras aparte y gastos de alojamiento cubiertos. Además, el trabajo es de interior. Sin embargo, la descripción admite dudas. La jornada es a tiempo completo, pero los turnos son de ocho horas. De entrada parece un chollo, pero no me quito de la cabeza a los dos operarios magrebíes que, tras un bocado, aguardaban la vuelta al trabajo en una caseta de obra prefabricada colocada al final del parque de Camino de Gantxegi (Donostia). Mientras uno comía y miraba el móvil, el otro sesteaba a sus pies. Como dos personajes expresionistas contorsionados, encajaban y rebosaban del continente a través de la puerta abierta, que también hacía las veces de ventilador.


Imagen que enlazo con una película brasileña producida por Fernando Meirelles, 7 Prisioneros (Alexandre Moratto, 2021). Mediante un conocido y muchas promesas de prosperidad, cuatro mozos que conviven con sus familias y la miseria en zonas rurales, entre ellos Mateus (Christian Malheiros), de 18 años, se enrolan para ir a trabajar a Sao Paulo. Ingenuos. Les esperan jornadas de 12 horas en una chatarrería para saldar una deuda que no creían contraída. Choque de civilizaciones. Si en Occidente la jornada laboral está más o menos regulada, en Brasil los tentáculos del estado son flácidos. Pero, ¿puede extrañarnos ese grado de corrupción y maltrato? Nuestro sentido de la dignidad se quiebra al vislumbrar la coacción y el régimen de semiesclavitud.


Pero lo peor está por llegar puesto que Mateus, a pesar de ser el revolucionario del grupo, se hace con la confianza del jefe. El origen de Luca (Rodrigo Santoro) es similar al suyo y gracias a sus trapicheos ha conseguido mejorar la situación de su familia, pero no puede decir basta. Así, Mateus visita talleres textiles clandestinos y conoce el tráfico de personas de primera mano. Sin embargo, en lugar de atizar su espíritu rebelde, la experiencia le aleja de la idea inicial de huir junto con sus compañeros y decide aprovechar la “oportunidad” que le da la vida. Un mensaje con calado que desmorona las opciones de resistencia en según qué contextos. El capitalismo actual, una versión que transforma la idea de dignidad por capacidad de consumo, egocentrismo y skills, tiene en la seguridad, la prevención y la autorrealización sus mejores aliados para quebrar una ética responsable. Esta revisión del utilitarismo esté apoyada por autores occidentales de prestigio que, por refrendar sus estadísticas y tesis, ignoran voluntariamente tanto desastre y la asimetría de la ecuación.


* Alicatar (Derivado Del árabe hispano alqáṭ[a], y este del árabe clásico qaṭ, corte)

1.- Revestir algo de azulejos.

2.- Cortar o raer los azulejos para darles la forma conveniente.

3.- Cuba. Construir una pared o un muro con ladrillos colocados de canto.


Una definición menos aséptica debería incluir que lo más importante del alicatado y los azulejos es la protección del muro ante la humedad, que resbala hacia el sumidero, y su relativa facilidad de limpieza, por eso suelen colocarse en baños, cocinas y en fachadas de edificios de pueblos de mar, aunque ya se usaran en el arte hispanomusulmán y mudéjar.



Referencias

British Council (2021). Four book summaries. Recuperado de https://learnenglish.britishcouncil.org/skills/reading/advanced-c1/four-book-summaries

Filmaffinity (2021). 7 Prisioneros. Recuperado de https://www.filmaffinity.com/es/film633882.html

RAE. (2021). Alicatar. Recuperado de https://dle.rae.es/alicatar?m=form