miércoles, 9 de marzo de 2022

MENTIS GRATISSIMUS ERROR

 

(Grato error de la mente) (Horacio, Epistolas, 2, 2, 140)


(Según un oficial) "los marines estadounidenses sentían que la presencia de mujeres les impediría “tirarse pedos, eructar, contar chistes obscenos, pasearse desnudos, intercambiar historias de sexo, pelearse y, simplemente, ser hombres jóvenes justos" (MacMillan, 2021: 160). 


Bibliografía

Horacio Flaco, Quinto. (2008). Sátiras ; Epístolas ; Arte poética (s.I ane). Madrid: Gredos.

MacMillan, Margaret. [Trad.: Martínez, Lucía]. (2021). La guerra. Cómo nos han marcado los conflictos. Turner (Noema).




De pieles y monstruos


La piel (Del Molino, 2020)



Hilo conductor del libro de Sergio del Molino, la psoriasis dirige al lector a la infancia y a la adolescencia del autor, pero también a su pelea actual con la enfermedad metrotexato mediante. La dolencia, arraigada en el tiempo y en afamados personajes precedentes —Stalin (el Vozhd), Von Luschan, el Negro de Banyoles, John Updike, Vladimir Nabokov, Isabel II de España, Cindy Lauper o los eremitas de Qumrán— sirve al autor para alertar a su hijo de que las brujas de los cuentos no exixten, pero que algunos monstruos son muy reales, como el racismo y el estalinismo, y siguen coleando. Conviene no olvidar. Es esta una venganza literaria y un ejercicio de memoria contra personajes reaccionarios y sanguinarios a través de un padecimiento que no hace distingo de posición ni de escala cromática. Pero su relato es también el de la condena al ostracismo de las víctimas en tanto que enfermos, seres impuros de piel ajada, y el del padre monstruoso, imperfecto, voluble, que se desnuda, negro sobre blanco, frente al hijo para acercarse a él en el futuro, para protegerle antes, ahora y siempre.


Del Molino acaricia la superficie de la historia y, como un funambulista, camina un poco acelerado por una cuerda interargumental muy fina entre lo interno y lo externo, lo micro y lo macro, la autobiografía y la Historia, la asunción inexorable del pecado y la expiación. ¿Cómo no atribuir maldad a Koba tras las purgas estalinistas? ¿Cómo justificar la segregación por el color de la piel o el lugar de origen? Si algunas tesis están clarísimas y, de las reflexiones del autor, se extraen verdades como puños con las que uno se identifica, otras veces la manipulación ideológica y literaria deja un resabio difícil de engullir. Del raudal de palabras se configura un collage de personajes y asociaciones enfermedad-hechos en una dirección y fuera de un contexto más amplio, descripciones rudas y palabras malsonantes (polla, follar) que parecen encajadas, entre el permiso y el perdón. Palabras baturras esgrimidas con poca naturalidad que quizá respondan a la aridez de su tierra, a la comezón de la enfermedad, según el autor suficiente para agriar el carácter, a un pasado heavy o a la cualidad de monstruo que todos arrastramos en mayor o menos medida.


En cualquier caso, Del Molino humaniza y normaliza la diferencia y aboga por un autoconocimiento que, si bien frágil, le permita expiar los pecados cotidianos cometidos ante los demás. Así, algo cabizbajo, apela a que el reconocimiento como monstruo redima. Pero, como sabemos, ese grado de redención y autofustigamiento es dispar. No todo el mundo se lo aplica ni en el mismo grado. El contexto capitalista, aliento de aquello que Bourdieu llamó “violencia simbólica”, segrega entre más o menos emprendedores y sumisos, origen, ideología y relaciones de poder en un mundo globalizado que desmitifica los asideros institucionales y espirituales en sospechosos para alzar a una suerte de superhombre que poco tiene que ver con Nietzsche. Luego mis monstruos no sólo dependen de mí, de mi mala suerte o de mi apariencia y, como Del Molino sabe, no todo el mundo puede expiarlos tan rica y profusamente porque no tiene la fuerza, el talento, la posición o los cuartos para hacerlo. Para compensar, una contradicción y una revelación. Del Molino se atreve a sentenciar, pero muestra, generosamente, en la coda del texto las lecturas e influencias —Foucault, Cassirer, Malaparte, Sebag Montefiore o Scorsese— que ha utilizado en el proceso de escritura del libro y, a partir de una escena entre Borau y Hemingway, advierte


Hay que modular muy bien la mitología con la que uno se acicala, manejando sobre todo los silencios —es mejor que los demás rellenen con suposiciones todo aquello que ignoran de ti—, y no alzar nunca la voz ni presumir en exceso (Del Molino, 226).


Bibliografía

Del Molino, Sergio. La piel. Alfaguara, 2020.





sábado, 5 de marzo de 2022

Heredan, algunos

La herencia (López, 2021)


La herencia es una obra de teatro que versa sobre el proceso de creación literaria, las relaciones afectivas, los excesos, el dinero y el estrellato en un contexto actual que enlaza con los años ochenta del s.XX, momento de eclosión de la plaga. Durante la administración Reagan, la invisibilización y la discriminación a todo lo que no fuera WASP (White Anglo-saxon Prostestant)1 estigmatizó aún más en el seno de la sociedad norteamericana a los diferentes. En este caso, al colectivo gay y al SIDA. Hasta el 2004 el Congreso no aprobó el uso de Truvada, un antirretroviral, para el tratamiento de la enfermedad. Pero la obra, dinámica como un partido de pelota, emocionante y romántica (no me veía yo en estas justas…) como una novela rosa, se sirve de la pluma y la enfermedad para superar algunos estereotipos aunque sea a base de un discurso bipolar.


La factura se fundamenta en el antagonismo. De entre los personajes, Walter (no es casual este nombre) y Eric, moderados, sensibles y herederos del legado más solícito de Walt Whitman y de E.M. Foster, contrastan con Henry y Toby, representantes del exceso y la desmesura capitalistas. El primero encarna el modelo desacomplejado de neoliberal forjado a sí mismo a lo Ayn Rand y, el segundo, al fáustico aspirante al éxito, ese elixir de la juventud eterna que tan bien han vendido los yankees a través de Broadway y del cine. Otra lucha la ilustran Adam y Leo, el rico y el pobre, el chico tímido adoptado que va camino de convertirse en estrella y el que sobrevive a esta historia, acaso trasunto de López. Ambos, víctimas de Toby, son restauradas por Eric.


Así que sí, la obra de teatro/novela dialogada acaba bien porque existe un refugio. Lejos del hormigón, el cristal y el metal, una casa en el bosque con un cerezo centenario ejerce de asilo para los desamparados gays. Una reivindicación que se fija pronto porque, diluidos en la masa, el colectivo no goza de sus particularidades. El bien vence al mal, pero no sin un poso de amargura frente al irredentismo de Toby y el interrogante que abría, durante su gestación y en el momento de su estreno (el dos de marzo de 2018), la presidencia del inefable Donald Trump, aquí presente a través de Eric y de Tristán, gay y negro. Aunque ya desde las primeras páginas se entrevea el conflicto y el desenlace, el toma y daca es entretenido, vívido y con final feliz...


Bibliografía y webgrafía

López, Mattew (2021). La herencia. Rialp.

Spots Illustrated (23 oct 2011). Anuncio Renault Clio - JASP (1995). Youtube, https://www.youtube.com/watch?v=rJrsUnxLlpo



1Las gentes de mediana edad recordarán bien aquel anuncio del Renault Clío y un joven JASP