En la novela de Couto (115), este diálogo.
—Justamente padre, porque es una niña debe aprender a dar puñetazos, mordiscos, patadas…
—Esas no son palabras de un creyente. Aquí enseñamos a amar al prójimo.
—De quien más hay que defenderse es precisamente de los más prójimos.
Freud (1930) planteaba otra cuestión. ¿Se puede amar a un desconocido tanto o más que a alguien de tu familia?
Referencias
Couto, Mia. La confesión de la leona. Alfaguara, 2016.
Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. 1930. Alianza Editorial, 1970.
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