miércoles, 15 de julio de 2020

ArTifariti 2008



ArTifariti 2008, Encuentros internacionales de arte y derechos humanos del Sahara Occidental.


Ahora mismo estoy baldado pero esta noche he soñado (porque recuerdo parte) con mi excursión a los territorios saharauis en 2008 de la mano de un proyecto artístico auspiciado por el Koldo Mitxelena en contacto con una organización Los amigos del pueblo saharaui de Sevilla. A partir de un proyecto desmañado de una artista ducha en la búsqueda de subvenciones, un amigo, Luisillo, tallista, poeta y compañero de desmanes en aquellos tiempos y otros, contactó conmigo, ya última opción, para acompañarle al Sahara, con los gastos pagados, con tal de desarrollar la Jaima Adjetivadora, algo que allí no sabíamos muy bien cómo explicar pero que aquí, en Donostia, quedó muy muy digno. Vaya que sí. 

Sin embargo, y a pesar de la ayuda de Iratxe, informática, no supimos darle el enfoque mediático correcto y pasó desapercibida la obra, incluso para los amigos de Sevilla, y la reivindicación, que, a mi modo de ver, es/era lo más relevante. Ni organizarlo en Porrontxo Jaiak (fiestas populares del barrio de Egia a mediados de septiembre en Donostia) fue la mejor idea ni conocíamos el círculo del arte ni comulgábamos con sus poses ni, insisto, supimos destacar nuestro trabajo ya en plena era digital. 

Sea como fuere, vuelvo a las sensaciones de mi sueño y me recojo y expando con Pilar, Libia, Miguel, Luis, Estrella Polisaria, Felipe, Chasca, Iker, Jose, Pililli y el guitarrista pelirrojo que la acompañaba (siento no recordar el nombre, como me pasa con tantos otros que ahora veo en las fotos). Con los cuatro primeros pasé la mayor parte del tiempo en aquellas, y ya sé que suena fatal, colonias puesto que no estaba, hablo por mí, nada puesto en el asunto del padecimiento de los saharauis. Pero significó un break, una fuente de energía y luz, en un momento oscurísimo de mi vida y también una oportunidad de vida distinta que no me decidí a tomar. Ello no implica arrepentimiento pero si cierta desazón por la incapacidad de emprender todos los viajes. Pero ahí está, en mi sueño y en Google. 

Encuentro unas palabras de Josep María Esquirol que, quiero entenderlo así, apelan a la hospitalidad del pueblo saharaui y que me reconfortan y conectan de nuevo con aquella experiencia. 

El desierto ilustra la precariedad de la condición humana. Y no por azar, plegaria tiene la misma raíz que precario. La precariedad da sentido al amparo. En el océano no hay amparo, hay inmersión y disolución (Esquirol, 2015:129).



La Jaima Adjetivadora, el proyecto 

Durante nuestro periplo a los territorios saharauis, tierra yerma donde no existe el verde y vagan los desposeídos, tanto Luis como yo tomamos imágenes de todo lo que veíamos. Algunas, pocas, las fabricamos aunque de ahí Luis extrajo material para montajes fotográficos posteriores. La idea era situarnos como observadores de pájaros, como si estuviéramos en esas casetas chatas que se disponen en los parques naturales pero sin intervenir en el territorio, sin manchar. El proyecto tenía más de observación (de gestos, actitudes, territorio, etc.) que de voyeurismo. Las imágenes se asociaban a adjetivos que concretamos posteriormente. 

Se diseñó un software que permitía escuchar un adjetivo en varias lenguas (saharaui, castellano, euskara, francés e inglés) mientras las imágenes se proyectaban en las cuatro paredes de una jaima construida para la ocasión pero ya en Donostia. 



A tener en cuenta,

Esquirol, Josep María (2015). La resistencia íntima. Barcelona: Acantilado.

http://artifariti.blogspot.com/

https://issuu.com/artifariti/docs/ud_didactica_alumnado_guia_profes_c

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