lunes, 25 de octubre de 2021

Wienerismos

Valle inquietante (Anna Wiener, 2021) 


El libro de Wiener es el testimonio de su incursión laboral en Silicon Valley, origen y modelo de otros tantos parques tecnológicos salpicados por el mundo, nueva fiebre del oro californiana desde hace unas décadas y suerte de cónclave neoJASP con florituras neolibertarias propenso a la proliferación de startups. En la descripción ambiental, las flechas a la horizontalidad, a la flexibilidad y a un entorno fraternal post-high-scool sin barreras arquitectónicas, se tornan más mortíferas al tratar el asunto de la diversidad en el seno de compañías que ningunean a las mujeres —aunque la peor parte se la llevan los negros, forzados a abandonar San Francisco debido a la gentrificación— y se fundamentan en la

“Meritocracia”: una palabra que tenía su origen en la sátira social y que era la filosofía de trabajo de unas empresas que coqueteaban con la idea de someter a un test de inteligencia tanto a los candidatos como a sus empleados ya existentes; de unas startups llenas de hombres asombrosamente parecidos al CEO; de unos inversores que no se inmutaban ante el hecho de que el 96% del capital riesgo acabara invertido en hombres[…] [H]ablar de meritocracia no hacía más que esconder la ausencia de un análisis estructural. Lo maquillaba todo. La meritocracia hacía que se sintieran bien y los exculpaba de todo (Wiener 207).


Anna Wiener no cuenta nada inquietante ni que uno no pueda ya imaginarse, especialmente con precedentes como American Psycho (Bret Easton Ellis, 1991) o el desfile reciente de políticos que, como Trump u Orbán, alardean abiertamente de mujer florero, xenofobia y laissez (-moi) faire económico. Incluso, el relato autobiográfico de la autora podría supurar a discurso manido y oportunista si no fuera porque reconoces situaciones similares a tu vera. Se ruedan series donde es necesario cumplir con cupos, independientemente de que sus integrantes lo merezcan o no, pero, ¿estos criterios no debería también aplicarse a los hombres?


Esos cupos inclusivos son tan extraños en el sector audiovisual como para colocar a un porcentaje de chicas como técnicas o a algunas como jefas de equipo para poder solicitar subvenciones, o como para requerir a técnicos negros sin tener en cuenta lo buenos profesionales que puedan ser. Las voces más rancias dirán que la discriminación positiva solo genera malestar. Es cierto, algunos lo padecen injustamente, pero, de otro modo, ¿se puede confiar en una estructura tan radicalmente blanca, racista, sexista y neoliberal, con tantos prejuicios y un sentido común fundamentado en ellos y en las habladurías? Otro problema.

[L]a ausencia de un organigrama oficial había generado un organigrama en la sombra determinado por las relaciones sociales. Había empleados que sobre el papel eran personal de tropa pero que tenían nivel de poder ejecutivo y capacidad de influencia” (Wiener 199). 

Seguro que a alguien le sonará esto. Por cierto, ser gay, guay, mujer o negro no inmuniza.


Referencias

Lola Flores. “A tu vera”. El balcón de la luna (Luis Saslavsky), Suevia Films, 1962, .https://www.youtube.com/watch?v=JF-dTBA3ywY

Wiener, Anna. Valle inquietante. Libros del Asteroide, 2021.






No hay comentarios:

Publicar un comentario